miércoles, 21 de noviembre de 2012


Mujeres con Propósito

Colaboró con:      CASCO
Comité ciudadano  Anti-Sida de A Coruña





martes, 20 de noviembre de 2012




   DORCAS

 LA MUJER QUE SIRVIO A DIOS
CON SU AGUJA
(HECHOS 9:36-43)



DORCAS, UNA DISCIPULA:
“Había en Jope una discípula llamada Tabita, que traducido quiere decir, Dorcas….” Es interesante que la palabra “discípula”, en forma femenina, aparece una sola vez en el nuevo testamento y es en referencia a Dorcas.
Un discípulo es alguien que no sólo cree en Cristo, sino también le sigue y obedece sus mandamientos.


 UNA TRAJEDIA SE TRANSFORMA EN VICTORIA
 Aconteció  que en esos días cayó enferma y murió. (Dorcas)
Como  Lida estaba cerca de Jope, oyendo que  Pedro estaba alli enviaron a dos  hombres a que fueran a buscarle.
Cuando él llegó,  encontró a un grupo de mujeres llorando. Entre lagrimas, las viudas enseñaron a Pedro las túnicas y los vestidos que Dorcas había hecho.
Entonces Pedro sacó a toda la gente del cuarto, se arrodilló y oró y dijo:Tabita, levántate.
Y ella abrio los ojos y se incorporo.
 CONCLUSIÓN
Tal vez tu no tienes un ministerio público como el de predicar o enseñar pero hay muchas maneras en hacer buenas obras como Dorcas.
Los que creen en Dios deben procurar “ocuparse” en buenas obras. Tito 3:8
¿Qué tienes en tu mano que puedes usar para servir al Señor y a su pueblo? ¿Una escoba, creatividad en la cocina o con una máquina de coser, habilidad musical?

Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios

1 Pedro. 4:10








  Entonces dijo Jesús a sus discípulos:    
 "Si alguno quiere venir en pos de mi, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame" (Mat.16:24)


Hay un poema titulado: "La Cruz cambiada", que representa a una persona cristiana que estaba fastidiada porque pensaba que "la cruz" que tenía que soportar era más pesada que la de los demás cristianos, y deseaba cambiarla por otra más ligera. Se quedó dormida, y en su sueño fue conducida a un lugar donde había muchas cruces de diferentes clases y tamaños. Había una pequeña cruz preciosísima de oro, adornada con piedras preciosas. Mirándola dijo: "Esta si que podría llevarla con comodidad". Así que la  cogio  y se la colocó sobre su cuello.; pero su cuerpo debilitado temblaba bajo su peso. Las joyas  y el oro eran muy bellos; pero demasiado pesados para ella. Después vio otra cruz magnífica con flores entrelazadas alrededor de su forma escultural; con toda seguridad, pensó que esta era la cruz más apropiada para ella.. La levantó, pero encontró que debajo de aquellas flores tan hermosas había espinas punzantes que podían destrozar su carne.
 Por último, cuando iba a marcharse, se encontró con una cruz muy sencilla, sin alhajas ni talladuras; pero sí con unas palabras amorosas inscritas sobre ella. La tomó, y se convenció de que aquella era la cruz más apropiada para ella, la cual podría llevar con facilidad. Y al mirar esta cruz, bañada con un esplendor celestial, reconoció que era su antigua cruz. Volvió a encontrarla, y reconoció que aquella era la mejor cruz y la menos pesada que podía llevar.
Dios sabe muy bien la clase de cruz que nos conviene llevar. Nosotros no sabemos cuál es el peso de las cruces que están llevando los demás. A veces envidiamos a alguna persona que es rica. Vemos que su cruz es de oro y está adornada con preciosas joyas; pero ignoramos lo pesada que puede ser para la persona que la lleva. Vemos a otras personas que parecen muy felices. Las cruces que llevan están entrelazadas con flores. Si pudiésemos probar todas aquellas cruces que creemos que son menos pesadas que la nuestra, llegaríamos a la conclusión de que ninguna nos sienta tan bien como la que el Señor nos permite llevar. Demos gracias al Señor por permitirnos llevar la cruz que nos corresponde, sabiendo que al final del camino nos espera la corona de gloria que Él tiene reservada para sus siervos fieles. Amén.  

Vuestro Pastor

 





jueves, 15 de noviembre de 2012




11-11-2012

Oti Vázquez compartio Lucas 19: 1-10
Pilar Pereira compartio su testimonio







REUNIÓN  7-10-2012

Ana Fariña compartiendo Sal:34, Col 3:16, 1ª Ts 5:15

Esther  Loureiro