martes, 10 de septiembre de 2013



DOMINGO 8 DE SEPTIEMBRE


 

Marcela Maza, la hermana que compartió la palabra.


Dios renueva nuestras fuerzas
 
El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigaran y se cansaran, los jóvenes flaquearan y caen; pero los que esperan al Señor tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán. 
                                                               Isaías 40: 29-31


El Señor es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? El Señor es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?
                                                                                    Salmo 27:1

Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; poque de cierto os digo, que si tuvierais fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible.
                                                                                Mateo 17:20




Mujeres con Propósito






    "Aunque te he afligido...no te afligiré más" Nahum 1:12


Todas las personas tenemos que sufrir aflicciones en algún momento de nuestra vida. Los hijos e hijas de Dios no estamos libres de ellas, incluso a veces vamos a sufrir más que los incrédulos; pero la promesa de Dios es: "Muchas son las aflicciones del justo; pero de todas ellas le librará el Señor". Quiero incluir un mensaje que sin duda será de ayuda y bendición a todos los que lo lean.

"La aflicción tiene su límite; Dios la envía y la retira. Suspiras y dices: ¿Cuándo se terminará?
Esperemos calladamente y esperemos con paciencia en la voluntad del Señor hasta que Él venga. Nuestro Padre quita la aflicción cuando Su propósito en usarla se ha cumplido. Si la aflicción nos ha sido enviada para probarnos y para que nuestros dones puedan glorificar a Dios, entonces terminará cuando el Señor nos haya hecho testificar de Su alabanza...

El hecho mismo de la aflicción prueba que hay en nosotros algo muy valioso para nuestro Señor; de otra manera El no gastaría tanto tiempo, ni sufriría tanto por nosotros. Cristo no nos probaría si no viese en nuestra naturaleza el don precioso de la fe. Es para purificarnos y limpiarnos por lo que Él nos prueba con tanta rigurosidad. Afligido; ten paciencia. Al final seremos más que recompensados por todas nuestras aflicciones. Entonces veremos que ellas han contribuido de una forma extraordinaria a la elevación de Su gloria y nuestro bienestar espiritual. El recibir una palabra de alabanza de parte de Dios, el ser honrado delante de sus benditos ángeles, el ser glorificado en Cristo para poder reflejar Su gloria, esto será el ser recompensado por todo nuestro sufrimiento... Nada acontece que no haya sido señalado con grandísimo cuidado y previsión por Dios." Por muy larga que sea la noche, siempre amanecerá un nuevo día. Dios te bendiga

Vuestro Pastor.